Las Vanguardias Literarias

Vanguardias literarias 

Las Vanguardias supusieron una ruptura con todo lo que se había hecho antes. Supusieron una auténtica revolución, se adentraron por caminos inexplorados en busca de nuevas formas artísticas: cubismo, dadaismo, surrealismo, ultraismo, etc.

Un divertido e interesante vídeo sobre la evolución de la tecnología aplicada a la educación. Uno toma conciencia de los logros que ha conseguido la humanidad y de que la tecnología, hoy día, avanza a un ritmo vertiginoso y exponencial.

¿Cómo soy? ¿Cómo han influido las lecturas en mi personalidad?

¿Somos lo que leemos o nos buscamos en lo que leemos? Me pregunto. Y me respondo: un poco de las dos cosas, supongo. Por un lado buscamos lo que nos gusta, aquello con lo que nos identificamos y, al mismo tiempo, en esas lecturas encontramos nuevas maneras de entender el mundo. Me vienen a la cabeza lecturas tan reveladoras como, por ejemplo, El guardián entre el centeno de J.D. Salinger en la que el protagonista, un adolescente, posee una inteligencia y sensibilidad tal que es capaz de dejar en evidencia (con sus razonamientos) a la sociedad entera, convirtiéndose él mismo en una víctima (acaban internándolo en una institución mental) de un mundo insensible y sin sentido. Otro autor que me ha influido mucho ha sido Paul Auster, con obras como Leviatán, Ciudad de cristal, El libro de las ilusiones o Brooklyn Follies este escritor se adentra en las profundidades de su propio yo con tal sinceridad y mostrándose tan desnudo que resulta difícil no reconocerse y aprender sobre uno mismo. Pero quizá la influencia más grande sea la esencia literaria en sí. Esa forma artística de revelar el mundo desde el arte, en este caso desde la palabra escrita, y enseñarnos a mirar “poéticamente” lo que rodea nuestra vida. Como decía Hitchcock, lo importante no es la manzana sino cómo pintas la manzana. En Estados Unidos ocurrió, allá por los sesenta, un terrible crimen: una familia de granjeros fue asesinada por un par de delincuentes comunes que al final solo se llevaron unos míseros dólares de la caja fuerte. A fecha de hoy ya casi nadie se acordaría de ese atroz suceso si no fuese porque Truman Capote lo elevó a la categoría de arte al transformar el hecho real (la manzana) en literatura: A sangre fría.

Reflexión sobre las tecnologías docentes que usamos:

En mi opinión, las tecnologías docentes, cuando se usan bien, son una herramienta magnífica para enseñar. Es más, existen determinadas asignaturas, o parte de ellas, que no concibo que se expliquen al alumnado sin el respaldo tecnológico.

Mi experiencia como alumno, después de haber recibido clase de profesores que se apoyaban en las nuevas tecnologías (unos mejor que otros) y otros que prescindían de ellas y se basaban en los métodos tradicionales, es la que ha determinado mi valoración del aspecto tecnológico y su aplicación en la docencia. Por un lado, he asistido a clases de profesores que proyectaban en la pantalla power points a modo de esquemas que servían para guiar los contenidos que impartían y mi conclusión ha sido casi siempre la misma: los power points que suelen hacerse los profesores son resúmenes o esquemas de la materia a explicar. Desde mi punto de vista, estos esquemas son demasiado personales e intransferibles ya que cada uno tiene su propia manera de resumir y anotar los puntos más importantes de un tema. Salvo excepciones (que las hay, afortunadamente), a mi me parece que los power points no suelen funcionar a pesar de que son tan usados hoy día. En cambio, en las aulas apenas se usa You Tube lo que me resulta incomprensible. Como alumno he echado de menos que se nos ilustrara más a menudo con documentales, fragmentos de películas, etc. que hubieran ayudado a enriquecer mucho el aprendizaje, además de ser un modo ameno y muy visual para aprender.